A veces, cuando dejo las acuarelas y vuelvo a coger la tablet para crear algo nuevo, me invade una sensación extraña.
Echo de menos el rastro del agua, esa calma que se extiende por todo mi cuerpo cuando el pincel se desliza suavemente sobre el papel.
En la pantalla es todo diferente.
Amplío, ajusto, dibujo mil detalles, ... pero me falta algo.
Me falta mojar el pincel, buscar la mezcla perfecta, dejar que el color viva por sí mismo.
Es un vacío leve, pero constante, que solo desaparece cuando vuelvo a tocar el papel.
Y, sin embargo, también me gusta pintar en digital.
A veces la inspiración no llega al papel, y entonces fluye en la tablet.
Y otras veces ocurre al revés - como si ambas técnicas se quilibraran, se escucharan, se entendieran.
No quiero renunciar a ninguna de las dos.
Quiero encontrar ese punto donde el agua y los píxeles se encuentren, donde el arte respire de las dos formas.
Por eso, poco a poco, empezaré a presentaros mis nuevas obras digitales:
creaciones que podréis adquirir y recicibr cómodamente por e-mail, listas para imprimir en casa, sin esperas, sin envíos, sin fronteras.
En unos días llegará la primera sorpresa digital.
Espero que os emocione tanto como a mí.
El arte cambia de forma, pero no de alma.
Y quizás, entre el agua y los píxeles, esté mi manera de seguir respirando color.
Abenchara